En política, el que muestra hambre no come

Noel Álvarez*

En la actividad política, el refrán «El que muestra hambre no come» se relaciona con la dinámica del poder, la estrategia y la percepción pública. En este sector, mostrar ambición desmedida o desesperación por obtener poder puede ser contraproducente. Los políticos que exhiben abiertamente su «hambre» por poder o control pueden ser vistos como oportunistas o poco confiables, lo que puede alejar a los votantes o generar rechazo en los otros actores políticos. La discreción y la paciencia, en cambio, pueden demostrar una imagen de estabilidad y confiabilidad, atributos muy valorados en los líderes.

En la política, la percepción pública es crucial. Un político que no demuestra abiertamente su deseo de obtener ciertos cargos o influencias puede ser percibido como más legítimo y menos egocéntrico, ganándose así la confianza del electorado y de sus colegas. Por el contrario, aquellos que muestran una ambición excesiva pueden ser percibidos como interesados únicamente en su propio beneficio, lo que puede dañar su imagen y sus posibilidades de éxito.

En las negociaciones políticas, mostrar demasiada necesidad o deseo por un acuerdo o un puesto puede debilitar la posición de los negociadores. Si se percibe que alguien está demasiado ansioso por lograr un objetivo, los oponentes pueden aprovecharse de esa necesidad, ofreciendo menos de lo que podrían haber dado en otras circunstancias. Mantener la calma y no mostrar «hambre» puede ser una táctica para obtener mejores resultados en las negociaciones.

La política a menudo implica la formación de alianzas y coaliciones. Un político que no muestra desesperación por alianzas puede parecer más independiente y seguro, lo que puede atraer a más socios potenciales. Aquellos que parecen demasiado necesitados pueden ser vistos como débiles o como un «lastre» en una alianza.

Durante las campañas electorales, los candidatos que no muestran una ambición excesiva y por el contrario presentan sus propuestas con calma y confianza pueden ser más atractivos para los votantes indecisos. La excesiva agresividad o ansia por el poder puede ser vista negativamente.

En la arena política, el refrán «El que muestra hambre no come» subraya la importancia de la discreción, la estrategia y la gestión de percepciones. Mantener una postura moderada y no exhibir necesidades o deseos desmedidos puede ser una táctica eficaz para consolidar el poder, negociar acuerdos ventajosos y construir alianzas duraderas. La modestia y la paciencia pueden ser herramientas poderosas en la arena política, donde la imagen y la percepción a menudo determinan el éxito o el fracaso.

*Coordinador Nacional del Movimiento Político GENTE

Noelalvarez10@gmail.com

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