Noel Álvarez*
La mediación tiene raíces históricas y culturales desde el mismo comienzo de la humanidad, según los relatos bíblicos hasta Moisés fue mediador. Existen fragmentos filosóficos presocráticos, como los de Heráclito y Aristóteles donde se lee que el «conflicto es el promotor del cambio y a su vez es consecuencia de este…». Los caminos de la mediación están llenos de obstáculos. La experiencia y profesionalidad del mediador resultan vitales para reconducir el conflicto hacia el entendimiento. También hacen falta otras condiciones tales como: Respaldo internacional, reconocimiento mutuo de las partes como interlocutores legítimos; creatividad, capacidad persuasiva y conocimiento del problema por parte del mediador y por ultimo, voluntad conciliadora de cada interlocutor. Sigue leyendo